viernes, 11 de abril de 2014

Volverán las oscuras hormigas...




             Anoche vi las primeras.  Las noté despistadas. Andaban sin concierto ni comunidad, nada que ver con el orden preciso al que me tienen acostumbrada. Me dio incluso la sensación de que eran tímidas, y que más que en busca del paquete de galletas abierto, querían avisarme de su llegada. Me acosté tranquila, el hombre del tiempo había dicho que para la semana que viene bajarían las temperaturas y yo leí entre líneas, “y las hormigas volverán a sus escondites”. Efectivamente, esta mañana ni rastro de ellas.

              Pero el día tiene muchas horas,  yo muchas tareas y las hormigas que habitan en el esqueleto de mi casa son muy listas;

             Esta noche me las he encontrado ya en perfecta sincronía. Divinamente colocadas, una detrás de otra, el mismo paso, la misma distancia entre ellas, la misma dirección y el mismo objetivo. Una línea perfecta de metros que solo se bifurcaba  a la vista de dos propósitos distintos, el cubo de la basura y una partícula semi invisible de jamón dulce de la pizza de anoche. 

               Ya no me queda duda de que realmente hoy  ha empezado la pesadilla.

               Ellas saben que yo tengo un arma, y yo sé que ganaré batallas pero nunca esta guerra.