
-Eso espero, no tenemos mucho tiempo, le dije.
-Ya lo sé idiota, no necesito que me lo recuerdes.
Lo que más irrita a los tiranos es la imposibilidad de poner grilletes al pensamiento.
Qué el hace el sexo en Internet
el pudor en la vedette
qué hace un Porsche en Tel Aviv
un pigmeo en un iglú
una duda en un vudú
qué hace Frida sin sufrir
Si así como quién no quiere la cosa
más fácil dispara rosas un misil,
que tú un quizás.
quien me manda a ser adicto de tus besos
si la luna no es de queso, ni tu boca souvenir.
Qué hace un casto en un motel,
qué hace un genio en un cuartel
y que estás haciendo tú, sin mí
Qué estás haciendo tú,
qué estoy haciendo yo
subastando en el mercado
besos tan improvisados
con despecho al portador.
Qué estás haciendo tú,
qué estoy haciendo yo
malgastando en cualquier cama
lo que se nos de la gana
pa' vengarnos de los dos.
Qué hace un lunes en verano
un judío sin paisanos
y qué estoy haciendo yo,
sin ti...
Qué hace un hippie en la oficina
una orca en la piscina
una monja en carnaval
qué haces tú cuando estás sola
chapuceándote en las olas de un pasado que pasó
Qué hago yo cuando el domingo es por la tarde
y el campeón se hace cobarde y pregunta dónde estás
ya no estoy para los versos de Neruda
si en mi cama no figura ni un buen beso de alquiler
Qué hace el Louvre sin Mona Lisa
un nudista con camisa
y qué estoy haciendo yo sin ti
Qué estás haciendo tú,
que estoy haciendo yo
subastando en el mercado
besos tan improvisados
con despecho al portador
Qué estás haciendo tú,
qué estoy haciendo yo
malgastando en cualquier cama
lo que se nos de la gana
pa' vengarnos de los dos
Qué hace un 30 de febrero
que hace un rey sin heredero
y que estoy haciendo yo... sin ti.
Por cada muro un lamento
en Jerusalén la dorada
y mil vidas malgastadas
por cada mandamiento.
Yo soy polvo de tu viento
y aunque sangro de tu herida,
y cada piedra querida
guarda mi amor más profundo,
no hay una piedra en el mundo
que valga lo que una vida.
Yo soy un moro judío
que vive con los cristianos,
no sé que Dios es el mío
ni cuales son mis hermanos.
No hay muerto que no me duela,
no hay un bando ganador,
no hay nada más que dolor
y otra vida que se vuela.
La guerra es muy mala escuela
no importa el disfraz que viste,
perdonen que no me aliste
bajo ninguna bandera,
vale más cualquier quimera
que un trozo de tela triste.
Y a nadie le dí permiso
para matar en mi nombre,
un hombre no es más que un hombre
y si hay Dios, así lo quiso.
El mismo suelo que piso
seguirá, yo me habré ido;
rumbo también del olvido
no hay doctrina que no vaya,
y no hay pueblo que no se haya
creído el pueblo elegido.
Lo peor del amor cuando termina
son las habitaciones ventiladas,
el puré de reproches con sardinas,
las golondrinas muertas en la almohada.
Lo malo del después son los despojos
que embalsaman el humo de los sueños,
los teléfonos que hablan con los ojos,
el sístole sin diástole ni dueño.
Lo más ingrato es encalar la casa,
remendar los pecados veniales,
condenar a la hoguera los archivos.
Lo atroz de la pasión es cuando pasa,
cuando al punto final de los finales
no le siguen dos puntos suspensivos…