jueves, 29 de octubre de 2009

El secuestro de la Justicia


Tres años atrás, aquel malnacido que simuló ser un ginecólogo distinguido, me había entregado el feto en una botella de plástico sin gollete como si de un vaso canopo se tratara, asegurándome que no pudo hacer nada por salvar a la criatura. Dos días después moriría la madre.

Ahora, al fin, estaba sentado en el banquillo de acusados. Mientras su abogado lenguaraz versaba sobre la inviabilidad de que el hecho se debiera a una negligencia médica, el asesino de mi media vida se hurgaba las uñas como si aquello no fuese con él.

El jucio fue corto y tupido, cargado de gestos cómplices ajenos a mí y en unos quince minutos de reloj, la resolución del juez cayó incómoda como chinchetas sobre cesped: "Inocente"

Abandonó la sala jactándose por su suerte e insultándome con el gesto inequívoco del triunfo, sin imaginar que yo, desde hacía unos minutos ya acariciaba el frío metal de mi pistola.

jueves, 22 de octubre de 2009

Enemiga conciencia


El hombre luce una inquietante sonrisa, y su vista esquiva inspecciona cada una de las cámaras, las que sabe que están ahí. Por sus movimientos torpes y nula destreza adivino que es la primera vez que lo hace. Para colmo de males lleva un niño en sus brazos, que llora a ratos señalando un capricho. Entonces él, visiblemente angustiado, con gesto suplicante le pide que se calle, y acaba por taparle la boca sin abandonar el acecho.

Un brik de leche, algunos yogures y del otro pasillo un puñado de nueces, ese es todo su botín. Desde mi puesto de vigilancia me recuerdo que no debería permitirlo, pero mi enemiga conciencia no deja de repetirme, “al menos esta noche dormirán con el estómago lleno”

sábado, 17 de octubre de 2009

El último espejo


Está radiante el amanecer, dan ganas de no morir. O será que desde la menudencia de esta visión se arrecian los colores, o será que el abandono de mi encierro hace que germinen alas de ilusoria libertad en mi espalda, o quizás sea que a cien metros de la muerte, se desborda mi pasión por la vida.

Me devuelve a la realidad el incesante castañeo de Adelina que no consigue controlar el seísmo de sus nervios, y que yo no logro calmar por mucho que mi mano amiga se asiente sobre su rodilla.
-“Respira Adelina, disfruta de estas bocanadas de aire”, pero a Adelina le cuesta inhalar el oro que pronto no necesitaremos.

El camión detiene su cruzada, y con orden procesional nos acercamos a la pared que será nuestro último espejo. Lágrimas rubrican la tierra que despedimos, mientras, desde la otra acera de la vida oímos una desangrada voz gritar, -“Carguen, apunten, ¡¡fuego!!”.


"Mi hulmilde e insuficiente reconocimiento y homenaje a todos los que injustamente perdieron la vida frente a un pelotón de fusilamiento"

martes, 13 de octubre de 2009

Noches de Boda -Joaquín Sabina-

Sus deseos, mis deseos, para todos vosotros.

sábado, 3 de octubre de 2009

Amor perro


Creen que es alergia, pero es amor, estoy segura . Lo sé porque de otra manera ya hubiesen surtido efecto los antihistamínicos que me administran, y sin embargo, lejos de mejorar, parece que empeoro por día. Además, esta mañana volví a verlo y noté como se me aliviaban al instante los síntomas, como si solo él fuese mi medicina. Se acercó a mí con ese caminar gallardo y mientras yo hacía lo imposible porque no se oyeran mis latidos, él todo sensualidad me olisqueaba cada una de mis cuevas. A punto estuve de entregarme al amor, pero a dos segundos de desvanecerme, de nuevo nos segó la pasión el maldito tirón de mi correa.