martes, 24 de marzo de 2009

La huida


Cerré la puerta despacio, sin hacer ruido, casi conteniendo el aire para no despertar a la bestia que dormía en algún rincón de aquella casa, y cuando me aseguré de que no se oirían mis pasos, corrí sobre la hojarasca seca de aquel oscuro bosque como alma que lleva el diablo. Ya le había advertido en muchas ocasiones mi necesidad vital de desprenderme de él si no pretendía volverme loca, y como respuesta obtuve siempre más de lo mismo; que si jamás regresarán los que más he querido, que si ya no volveré a ser la misma, que si todo era mejor antes. Aquella noche me armé del valor alimentado por la furia de los años perdidos, y sin parar de correr, grité a pleno pulmón ¡Hasta nunca maldito recuerdo!

8 comentarios:

genialsiempre dijo...

Supongo que este relato es para el cuadernillo, porque a mi me parece que encaja perfectamente y aunque sea breve, es genial.

José María

Pedro Estudillo dijo...

Como siempre, bordas cada tema que tocas; con pocas palabras pero concisas como rayos de sol.
Totalmente de acuerdo con Jose María, podrías leerlo en clase.

Dani7 dijo...

Como escritora no tienes precio, cada palabra la haces una frase y cada frase un tema. Tienes el don de hacer volar la imaginación con muy poco.Me encantas.

Anónimo dijo...

Cierto carmen , hay que soltar peso de vez en cuando en esta vida para continuar de nuevo con nuevos aires.
Saludos.

Castrodorrey dijo...

Hola: llegué a quí de un comentario en el blog de "caminando al filo de la navaja". Me gusta lo que he leido, y me quedo.
Referente al comentario que allí hiciste, tengo que opinar todo lo contrario. O al menos, que no todo es cloaca. Detrás de cada pantalla, al teclado de cada ordenador, existen personas. Y, como en la vida real, buenas, malas, peores y mejores. La dificultad, a mi juicio estriba, en quien se sienta a este lado. Como bien dices -la venda que tapa los ojos...- de quien no tiene la personalidad suficiente, para captar el engaño. En la vida real, en la vida que se toca día a día, pasa tres cuartos de lo mismo: los cegados por el sentimiento absurdo, cometen torpezas de tamaño resultado. Y es que la gente, en general, confundimos el tocino con la velocidad con demasiada frecuencia.
Allí cuento una preciosa historia, que es el antagonismo a la falacia, y también es verdadera.
Saludos cordiales, y espero que pases por mi casa-tu casa.

Radamanth dijo...

me gusta tu forma de condensar, de con pocas palabras llenarnos de letras de contenidos... tus relatos son preciosos y te llevan a reflexionar, bufffffff cuantas veces quisieramos huir de algun recuerdo que nos hace sufrir y nos mantiene prisioneras, al leer tus textos me pongo dentro de ellos...

Equilibrista dijo...

esos recuerdos son un peso que quitarse de encima gritando fuerte como lo has hecho tú... estupendo relato, me gusta como mantienes la intriga hasta el final...

besos

Tomasson dijo...

Increíblemente conciso y bello y, como ya dicen much@s de tus comentarit@s, increíblemente perfecto, como siempre. Un beso.